7 Claves para entender la selectividad alimentaria temprana y cómo acompañarla sin estrés
- MamitaAmigaMujer

- Nov 13
- 6 min read

Si estás aquí, probablemente has notado que tu peque rechaza sistemáticamente algunos alimentos, que cada comida se vuelve un pequeño campo de batalla, o simplemente te preguntas si “esto es normal” o empieza a ser algo que merece atención. Hoy vamos a hablar de la selectividad alimentaria temprana, por qué ocurre, qué dicen los expertos y cómo tú puedes acompañar este proceso sin estrés, con cariño, certeza y estrategias reales.
La hora de comer debería ser uno de esos momentos dulces del día: compartir, disfrutar, nutrir. Pero cuando surge la selectividad alimentaria temprana, puede convertirse en tensión, preocupación y hasta culpa por parte de las madres. ¿“No come nada”, “solo quiere nuggets”, “rechaza textura de verduras”…? Tranquila: estás en buena compañía y no estás haciendo nada mal. En esta guía vamos a cubrir todo lo que necesitas saber para entender y ayudar a tu pequeño.
¿Qué es la selectividad alimentaria temprana?
La selectividad alimentaria temprana se refiere a esa conducta en la que un niño o niña consume un rango muy limitado de alimentos y rechaza sistemáticamente otros, basándose en factores como textura, sabor, color, presentación o incluso rutina. ADIPA Chile+2UVaDOC+2
En palabras sencillas para ti: tu peque dice “no” muchas veces, se pone de brazos cruzados frente a la verdura, solo come lo mismo o lo familiar, y cada nuevo alimento es casi una misión imposible.
¿Cuándo es normal?
Desde los 2 hasta los 6 años suele manifestarse lo que se llama neofobia alimentaria: el rechazo a alimentos nuevos. Un estudio de la Universidad de Chile señala que entre un 20 % y hasta un 50 % de los niños podrían estar pasando por una fase de rechazo transitorio a ciertos alimentos. Universidad de Chile+1
Si se queda ahí, y no afecta crecimiento, ánimo o socialización, puede considerarse dentro de la curva de “infancia normal”.
¿Cuándo empieza a ser algo que requiere más atención?
Cuando tu peque tiene un repertorio extremadamente limitado de alimentos (por ejemplo: come menos de 20 alimentos diferentes). Atlantic Health
Cuando hay pérdidas de peso, crecimiento detenido, carencias nutricionales. Atlantic Health+1
Cuando este rechazo genera ansiedad, rabietas fuertes, evita comidas juntos o eventos sociales porque teme la comida. Atlantic Health
Cuando se acompaña de otro diagnóstico, p.ej. trastorno del espectro autista (TEA) u otros retos sensoriales. ATADES+1
Entonces, la clave está en la duración, la intensidad y el impacto que está teniendo: si solo es “no quiere brócoli hoy” y al día siguiente sí, probablemente está dentro de lo esperable. Pero si ya hay señales de alarma, vale la pena intervenir.
¿Por qué ocurre la selectividad alimentaria temprana?
Hay muchos “por qués” y aquí vamos a verlo con sencillez, pero también con respaldo científico. La buena noticia: eso no significa que esté mal tu crianza, sino que hay muchas variables que puedes manejar para acompañarlo mejor.
Factores fisiológicos
Una revisión reciente evaluó que la inapetencia y la selectividad alimentaria en infancia es multifactorial: incluye deficiencias de hierro o cobre, aversión sensorial, desaceleración fisiológica del crecimiento y hasta calidad de la dieta de la mamá en gestación/lactancia. repository.ces.edu.co
Esto quiere decir que, por ejemplo, si el niño tiene baja ingesta de hierro, puede estar menos motivado para comer – no “por capricho”, sino desde el cuerpo. O si el crecimiento lento reduce su apetito.
Sensibilidad sensorial
Muchos niños rechazan comida por la textura, el olor, incluso la temperatura. Un estudio de Fundación Alícia junto a ATADES encontró que los niños con TEA presentan mayor diferencia de aceptación según textura que otros niños. ATADES
Es decir: la textura “babosa”, “cremosa”, “piel de pollo” puede ser absolutamente incómoda para el niño, lo que desde el adulto parece “sinsentido” pero para él es real.
Neofobia y desarrollo normal
Parte del desarrollo infantil es desconfiar del nuevo, de lo desconocido. Esto se aplica también a la comida. Esa fase de “solo como lo que ya conozco” tiene un sentido evolutivo: en un momento de la humanidad, probar algo desconocido era arriesgado. Así que no te asustes si aparece. Pero lo que sí importa es que con el tiempo se vaya flexibilizando.
Influencia del entorno social y familiar
La actitud de los adultos, el estrés en la mesa, los modelos de alimentación tienen mucho que ver. Por ejemplo, un estudio sobre hábitos alimentarios (aunque en universitarios) demuestra que los lazos sociales influyen en la elección de alimentos sanos o no. arXiv
Para los niños, la mesa familiar tiene magia: si la hora de comer es tranquila, positiva, sin presiones, el ambiente ya favorece que quieran explorar.
Factores emocionales y de hábito
Si cada comida se convierte en batalla, el niño puede asociar “comer” con “conflicto” y generar rechazo. O si ha vivido una experiencia desagradable (reflujo, atragantamiento, vómito) podría conectar “comida nueva = peligro”. Un artículo de la Universidad de Chile lo menciona como factor importante. Universidad de Chile
Estrategias para acompañar sin estrés la selectividad alimentaria temprana
Aquí llega la parte práctica que tanto buscabas. Voy a darte estrategias concretas, amorosas y con base científica. Puedes aplicarlas poco a poco.
1. Cambia el enfoque de “hacer que coma” a “invitar a la comida”
La presión rara vez ayuda. Estudios en terapia de alimentación fomentan ambientes positivos, sin coerción. sparkpediatrics.com+1
✔ Mantén horarios regulares de comida y merienda (crean estructura).
✔ Quita distracciones (pantallas, juguetes).
✔ Haz que el niño participe: elegir entre dos verduras, poner la mesa, mirar los colores.
✔ Incluye nuevos alimentos junto a los favoritos (mezclar siempre ayuda).
2. Exposición gradual sin forzar
Introduce el alimento nuevo sin obligación. Puedes tocarlo, jugar con él, comer tú primero, sugerir sin insistir. Este método aparece en guías de terapia de alimentación. sparkpediatrics.com
✔ “Tres pasos” podría ser: ver el alimento → tocarlo o jugar con él → probar un mordisco.
✔ Celebra “verlo de cerca” como victoria.
✔ Repetir sin presión genera familiaridad.
3. Cuida texturas, temperaturas y presentación
Ya vimos que la sensibilidad sensorial es un factor clave. Así que adapta.
✔ Si prefiere alimentos crujientes, haz zanahorias en bastón en vez de puré.
✔ Evita mezclar texturas opuestas (“lope suave + lo crujiente”) si lo incomoda.
✔ Presenta los alimentos de forma divertida: colores, formas, “mini porciones”.
4. Haz de la comida un momento de conexión
No solo alimentación: vínculo, comunicación, disfrute. Estudios señalan que la dimensión emocional de la alimentación es imprescindible. ATADES+1
✔ Comer juntos sin prisas.
✔ Compartir la mesa sin interrupciones.
✔ Hacer comentarios positivos sin presionar: “qué rico este color”, “qué divertido cruje”.
5. Revisa que no haya señales de alerta médico-nutricionales
Cuando la selectividad es intensa, aparece riesgo de carencias. Como vimos, deficiencias de hierro, cobre, mala ingesta energética pueden aparecer. repository.ces.edu.co+1
✔ Si notas crecimiento detenido, cansancio, anemia: consulta con pediatra/nutricionista.
✔ Si hay signos como comer menos de 20 alimentos diferentes, evitar casi todo, crisis constantes: considera apoyo profesional.
6. Sé constante, paciente y flexible
Los cambios llevan tiempo. No esperes un “milagro” de un día para otro.
✔ Marca pequeñas metas realistas: “esta semana probamos un alimento nuevo” o “usamos un nuevo utensilio”.
✔ Registra los logros, no sólo los fracasos.
✔ Evita castigos o premios muy elevados por comer: el equilibrio importa.
7. Busca apoyo si lo necesitas
Hay profesionales especializados en “terapia de alimentación” (fonoaudiología, terapia ocupacional, nutrición pediátrica) que pueden acompañar. sparkpediatrics.com+1
No es signo de “fracaso de madre”: es apoyo para tu bebé y para ti.
Reencontrando la calma en la mesa
La selectividad alimentaria temprana no tiene que definir tus comidas familiares. Como mamita, amiga y mujer conocedora, puedes convertir la mesa en un espacio de exploración amable, sin batallas, sin presiones y con mucho amor. Recuerda: tu peque te necesita, no para que ganes “la guerra del brócoli”, sino para que estés en su equipo, con paciencia, creatividad y ternura.
Cultivando hábitos de por vida
Al acompañar la selectividad alimentaria temprana con respeto, sin culpa y con herramientas concretas, estás sembrando algo mucho más grande: una relación saludable con la comida que durará toda la vida. No importa si hoy el plato tiene solo lo conocido —mañana será un pequeño paso hacia lo diferente. Y tú estás allí, alentando, ofreciendo, sin miedo.
Tú eres el modelo, la garantía de que explorar puede ser seguro. Celebra cada mordisco, cada toque, cada descubrimiento.
¡Gracias por estar aquí, mamita! Si te gustó este artículo y quieres seguir recibiendo más contenido sobre crianza amorosa, alimentación, vida familiar y bienestar, acompáñame en mis redes como @MamitaAmigaMujer. Sígueme para que no te pierdas nuevos posts, stories con tips al momento y comunidad de mamás maravillosas como tú.




Comments